Contratar los servicios de una agencia suena muy tentador. Sin embargo, confiar en una traductora o traductor freelance te asegura que existirá una consistencia en la traducción, redacción y corrección de tus documentos. Las agencias dividen su carga de trabajo entre varios traductores, de manera que ponen en riesgo la uniformidad y calidad de tus textos. Por otro lado, trabajar con un freelance te asegura un precio justo para ti y una paga justa para quien realmente hace el trabajo. Además, no hay nada mejor que una cara conocida para hacer negocios de forma personal.